Iguazú (LaVozDeCataratas) Las aguas servidas —provenientes de cocinas, baños o lavaderos— contienen materia orgánica, detergentes y patógenos que, al mezclarse con el entorno urbano, generan malos olores, focos de insectos y contaminación del suelo y de los cursos de agua pluvial. “El riesgo principal es la propagación de enfermedades gastrointestinales y dermatológicas, sobre todo en niños y adultos mayores”.
Recomendaciones para frentistas y comercios
-
Reparar de inmediato cualquier filtración en cañerías internas o externas.
-
Verificar periódicamente el estado de las cámaras sépticas y conexiones sanitarias, en especial antes de la temporada de lluvias.
-
Contratar plomeros matriculados para intervenciones mayores y exigir comprobantes de los trabajos realizados.
-
No conectar piletas de cocina ni lavaderos a desagües pluviales, práctica común que agrava el problema en la vía pública.
Marco normativo y sanciones
La Ordenanza Municipal N.º 05/99 prohíbe expresamente el vertido de cualquier tipo de líquido sobre la calzada y la vereda. El incumplimiento puede derivar en multas que oscilan entre 50 y 300 unidades fiscales —equivalentes a uno y seis salarios mínimos municipales— además del costo de los operativos de limpieza y saneamiento que deba realizar la comuna.
Canales de denuncia
Los vecinos pueden reportar derrames o conexiones clandestinas a la línea directa de Saneamiento Ambiental (tel. 3757 312305)
La Dirección recordó que, además de las inspecciones rutinarias, se intensificarán los relevamientos en barrios con antecedentes de rebalses, y que continúa abierta la línea de asistencia técnica gratuita para frentistas que necesiten orientación sobre soluciones sanitarias adecuadas.