Iguazú (LaVozDeCataratas) Según informó la Policía de Misiones, Jonathan Capelari y Gustavo Matías Álvez ambos de 23 años, y Carlos Cabrera Carrera, un paraguayo de 40 años, habrían forzado los barrotes de un ventiluz y por él habrían emprendido la fuga.
Esta fuga, es la segunda fuga que se produce en el mismo edificio policial en dos meses luego de la evasión y posterior recaptura de Catalino Paniagua de 18 años acusado del homicidio de Catriel Urizar, quien también logró violar la seguridad del lugar y atravesar todo el patio interno de la Unidad Regional V hasta llegar a la calle.
En ambos casos la evasión fue advertida durante una serie de controles de seguridad en los pabellones de la dependencia.
Hasta el escape concretado, en la mencionada dependencia policial, se hallaban 36 personas, de las cuales, según pudo averiguar LaVozDeCataratas, varios de esos detenidos ya deberían haber sido trasladados a una Unidad Penal, sin embargo, cada vez son más las trabas para el ingreso de una persona a esas dependencias, donde los acusados esperan una condena o una vez que han sido juzgados, deben cumplir la misma.
«Nadie quiere hacerse cargo de las guardias, es mucha responsabilidad. Uno o dos oficiales para atender a tantos detenidos, no se puede. Por mas que sea pequeño el lugar deberían tener mínimo 5 guardias. Las celdas no están en condiciones para alojar tanto tiempo a un detenido. Las celdas son de resguardos, son para contraventores y deberían estar separadas. En trabajo debería realizar penitenciaria y no lo hace», contaron a este medio
Una de las excusas para el ingreso, es el aislamiento que se debe cumplir debido a la pandemia del coronavirus, aunque no está estipulado de manera clara, cómo y dónde se debe hacer el mismo. Lo único cierto es que los pabellones de las cárceles también están colmados. Así la situación se dilata y los detenidos cumplen la prisión preventiva en las comisarías, recargando las celdas, que desborda la posibilidad de control de los efectivos que deben cuidarlas.