Iguazú (LaVozDeCataratas) Cada mañana, Carina se levanta antes del amanecer para atender a sus rescatados. «Esto lo hago por amor», dice con humildad. Su labor comienza rescatando animales de la calle y, en muchas ocasiones, de veterinarias donde han sido abandonados por sus dueños. A pesar de no contar con recursos económicos suficientes, ella no escatima en esfuerzo ni cariño. “Todo lo hago a mi costo. Soy empleada doméstica, pero mi familia y yo cuidamos de los animales con todo nuestro amor”, expresa.
Carina está convencida de que la bondad hacia los animales refleja el amor propio de las personas. “Lo bueno es cuidar a los animales; el que los maltrata no tiene amor propio”, afirma. Su compromiso es contagioso, y a pesar de sentir que aún no hace lo suficiente, su dedicación es admirable. «Yo no hago ni un 30 por ciento de lo que debería hacer por ellos», añade, demostrando su deseo de hacer más por los que no pueden hablar ni defenderse.
La historia de Yesica Carina Trinidad es un recordatorio de que el verdadero amor no conoce límites. Su labor silenciosa, pero impactante, resalta la importancia de cuidar y proteger a los animales. En este día especial, rendimos homenaje a su esfuerzo inquebrantable y a todos los rescatistas que, como ella, luchan por un mundo donde cada animal reciba el amor y el cuidado que merece.
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