Iguazú (LaVozDeCataratas) Una encuesta reciente realizada por Ágora Consultores para Fundación Vida Silvestre Argentina deja en claro el nivel de alerta social:
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9 de cada 10 personas creen que el deterioro ambiental impacta directamente en su salud.
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8 de cada 10 se declaran interesadas en el cuidado del ambiente, aunque perciben un bajo compromiso colectivo.
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Entre las principales preocupaciones se destacan la pérdida de bosques, los incendios, el cambio climático y la mala gestión de residuos.
“El impacto del ambiente sobre la salud humana es evidente. Pero las respuestas siguen siendo fragmentadas. Necesitamos transformar esta conciencia social en políticas públicas y empresariales ambiciosas y sostenidas”, señaló Manuel Jaramillo, director general de Vida Silvestre.
La emergencia climática ya no es un riesgo lejano. En lo que va del año, Argentina perdió más de 50.000 hectáreas de bosques en la Patagonia y sufrió eventos extremos de lluvias e inundaciones en distintas regiones del país. Según el IPCC, el planeta alcanzará los 1,5 °C de aumento de temperatura en menos de una década si no se toman medidas drásticas, lo que implica más olas de calor, sequías, inundaciones y pérdida de biodiversidad.
A esta situación se suma la alarmante contaminación por plásticos. Durante el último Censo de Basura Costera Marina, más de 400 voluntarios recolectaron casi 50.000 residuos en playas bonaerenses, de los cuales el 74% eran plásticos. Envoltorios, botellas, colillas, fragmentos y microplásticos están contaminando los océanos, dañando la fauna marina y entrando en la cadena alimentaria humana.
“Los plásticos no desaparecen. Se fragmentan y viajan por ríos, mares, aire y suelos. Terminan en nuestros alimentos. Esto no es solo una crisis ambiental: es también sanitaria y social. Necesitamos normativas que regulen la producción y uso del plástico, y una gestión de residuos eficaz”, agregó Jaramillo.
Compromiso desde todos los sectores
El Día Mundial del Ambiente también es una oportunidad para transformar la preocupación en compromiso. Proteger el planeta no depende solo de grandes decisiones: cada elección diaria cuenta. Desde Vida Silvestre proponen varias acciones concretas:
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Explorar y aprender: en su web de educación ambiental ofrecen materiales gratuitos sobre las ecorregiones del país. También promueven la ciencia ciudadana a través de la plataforma ArgentiNat.
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Repensar hábitos: cada compra y descarte tiene un impacto. Consumir responsablemente, reducir el desperdicio de alimentos o elegir recetas sostenibles puede marcar la diferencia.
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Inspirarse: a través de documentales y series como Historias de restauración, se pueden conocer experiencias reales de personas que trabajan por revertir el daño ambiental.
En definitiva, el mensaje es claro: la crisis ambiental no espera. Y si bien se requieren políticas públicas firmes, el rol de la ciudadanía es clave para construir un futuro en armonía con la naturaleza.