La fe que salvó una vida: una familia que vio lo imposible y una promesa cumplida, en honor al Cura Brochero

En la plaza del barrio Malvinas de Iguazú, una pequeña ermita pintada a mano rinde homenaje al Cura Brochero, en agradecimiento por lo que su familia considera un verdadero milagro. La historia la cuenta Marta Segovia, abuela de un niño que, según los médicos, no tenía posibilidades de sobrevivir.

Iguazú (LaVozDeCataratas) “Mi nieto en su gestación no tenía suficiente líquido amniótico. El pronóstico era muy grave. Dijeron que si nacía, solo viviría seis horas”, recuerda Marta. Pero esas seis horas se transformaron en seis meses de hospitalización, donde el pequeño dependía por completo del oxígeno para respirar. La familia pensaba que viviría conectado de por vida a un respirador.

Fue en ese contexto de desesperanza que apareció la fe. “Mis cuñados, que son de Córdoba y muy devotos del Cura Brochero, empezaron a pedirle con fuerza: que le dé vida, que no dependa del tubo de oxígeno”, relata.

Y entonces, ocurrió algo que cambiaría sus vidas: “Mi cuñada soñó con Brochero el 16 de marzo. En el sueño, él le decía que mi nieto se iba a curar, que le iban a sacar el oxígeno”, cuenta Marta. Al día siguiente, su hija —la madre del niño— se despertó, fue a ver la cuna y descubrió que su hijo había pasado varias horas sin el respirador. A partir de ese momento, su estado comenzó a mejorar notablemente.

Con el tiempo, el pequeño fue ganando fuerza, dejó el oxígeno, creció, y hoy, nueve años después, lleva una vida completamente normal. “Alguien que se iba a morir a las seis horas, hoy corre, ríe y va a la escuela. Es un milagro”, dice Marta, con lágrimas en los ojos.

En señal de gratitud, la familia decidió construir una ermita en la plaza del barrio Malvinas, dedicada al santo cordobés José Gabriel del Rosario Brochero. La imagen fue pintada por el reconocido artista local Alberto Patricio Samola, quien ya ha realizado murales de varios santos.

“Queremos que la gente sepa lo que pasó, porque es real. La fe puede hacer cosas increíbles”, concluye Marta.

Esta historia, más allá del testimonio de fe, es también un mensaje de esperanza para tantas familias que atraviesan momentos difíciles. Una vida que parecía apagarse en horas, hoy es un símbolo de fuerza, devoción y agradecimiento.

La instalación de la misma fue aprobada por la Ordenanza N.º 10/21.

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