Iguazú (LaVozDeCataratas) La comunidad Miri Marangatú, una de las últimas en conformarse espera desde el 2018 la construcción de una sala de primeros auxilios para poder atender emergencias médicas dentro de la comunidad, distante de la ciudad y de difícil acceso.
Fue en julio de ese año que el Cacique de la Comunidad, Romualdo Benítez, presentó una nota al Director de Salud Indígena, Adrián Saldías, solicitando la instalación de una Sala de Primeros Auxilios en el tekoa, sin tener respuesta hasta el momento.
En febrero de este año, a través de la plataforma Change.org se comenzó la recolección de firmas para lograr a través de organizaciones no gubernamentales la necesaria «salita», la respuesta no tardó en llegar y en abril la Fundación Trafkin se comprometió a donar el mobiliario completo para sala de primeros auxilios. Sin embargo, los mismos no han podido ser entregados ya que la aldea no cuenta con un lugar adecuado para el depósito y utilización de los mismos.
«Desde el 2018 estamos esperando la salita, cuando tenemos una urgencia la ambulancia no quiere venir porque es muy feo el camino. Cada ocho días viene un médico pero atiende solo a los chicos, después no tenemos nada, ni para el dolor de cabeza o ningún remedio, ni primeros auxilios como por si alguien se corta en la comunidad» explicó Romualdo a LaVozDeCataratas.
La donación incluye camilla para obstetricia, lámpara obstetricia, sillas, escritorio, mesita con ruedas para apoyar materiales de curación, nebulizador, y un mueble para guardar medicamentos.
Situación Sanitaria:
En la aldea, se encuentra un médico tradicional que combina la medicina blanca y la medicina mbya con plantas medicinales y es quien practica los primeros auxilios si no es grave. Sin embargo no cuentan con ningún insumo básico para curaciones o control. En el caso que sea una situación complicada se envía al paciente al hospital. Actualmente, la pieza que oficia de sala de control es una casita precaria con paredes de madera, chapa de cartón y piso de tierra.
Una vez por semana acude a la comunidad un médico blanco, pero solo atiende un reducido número de niños y no tiene los elementos básicos para atenciones específicas. Debido a la falta de profesionales, hace tres meses perdió la vida un bebé después de haber sido de alta en el Hospital SAMIC. También una mujer dio a luz en la comunidad porque la ambulancia no llegó y no pudieron trasladarla al hospital. Actualmente otra mujer se encuentra internada de gravedad en el Hospital de Eldorado debido a complicaciones en el parto.
